Nuevamente aflora a la memoria de las cubanas el ejemplo y las virtudes de quien consagró su vida a la lucha por la defensa de los derechos de las féminas y por poner en alto el nombre de la organización de masas femenina en la isla de la palma real, el Tocoro y la flor de mariposas.
El 7 de abril de1930 en el Oriente cubano nacía otro símbolo de la participación de las mujeres en las luchas revolucionarias y la construcción de la nueva sociedad. Vilma Espín Guillois, faro inspirador de las campañas para divulgar la igualdad y la inclusión de las féminas, además de combatir los prejuicios de género o raza que laceran la dignidad del ser humano.
Esa muchacha sencilla, pero de carácter firme y sin demagogias, inteligencia amplia, sonrisa franca y transparente, fue capaz de desterrar críticas y tabúes con la dureza de principios de las hijas de esta tierra, apostó por la incorporación de la mujer en las modalidades de trabajo y de gestión no estatal impulsadas en Cuba y recordó la importancia de las labores domésticas en el funcionamiento orgánico social.
Vilma predicó con su ejemplo y enalteció el prestigio de miles de generaciones de de federadas que hemos tenido el privilegio de seguirla en los campos, las aulas, industrias, centros de salud y en cualquier frente económico y de los servicios.
Libró batallas por el bienestar de su pueblo y nos enseñó que no existe tarea difícil para las mujeres, cuando perdura el amor y la responsabilidad individual, lo mismo en el surco, la fábrica, los círculos infantiles, la escuela y en el hospital. Su risa y dulzura imprimieron más compromiso con la obra de la Revolución, para que nuestros hijos crecieran más libres y concientizaran las palabras equidad, igualdad y respeto.
En cada barrio Vilma promovió la solidaridad, la unión de la familia, de los vecinos, de las cubanas y los cubanos y también exigió la oportunidad de defender las conquistas en esta isla caribeña, su independencia y el futuro de cada uno de sus descendientes.
Como no recordar este 7 de abril a la heroína de la sierra y el llano, sería muy difícil para las cubanas, hablar de realidades y sueños de emancipación e igualdad de género, sin tomar en cuenta la obra de esta insigne luchadora incansable, por los derechos de la mujer, constructora del mañana, combatiente ejemplar, participe activa de la formación de valores, principios y seguidora de las ideas de Fidel.
A Vilma, le decimos en este aniversario 84 de su natalicio aquel pensamiento de José Martí: La muerte no es verdad, cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.